La práctica de la meditación, mindfulness o atención plena es algo que se toca de una forma superficial en los medios, con conocimiento limitado y una moda. Se quiere vender como un remedio para el estrés sin saber bien para qué sirve ni su profundidad o potencial. Y el problema es que en parte es cierto, practicar la atención plena es un proceso de maduración psico-espiritual que cambiará tu vida para mejor y te permitirá acceder a esa vida completa y satisfactoria que es tu derecho y que nadie puede quitarte.
En este artículo quiero ser muy sincero sobre los peligros de meditar.
Mindfulness, un camino con altibajos
En el camino del auto conocimiento hay muchas paradas y desvíos, algunos placenteros y otros todo lo contrario, que hay que conocer. Lo mejor es contar con un guía experimentado que te sepa guiar pues cada camino es único, hay tantos como seres. Lo comentaba el místico cristiano San Juan de la Cruz en su “Subida al Monte Carmelo” que es el símbolo del camino de unión con Dios (llámalo como prefieras). San Juan dice que en el camino de ascensión al monte Carmelo no hay que asustarse de las bestias ni por el contrario detenerse a deleitarse con las flores. En esencia es lo mismo que hacía C. G. Jung en sus teorías del subconsciente y cómo integrarlo mediante sueños, etc. Hay muchas tradiciones meditativas que trabajan con sueños.

De ninguna manera quiero asustarte, y te recomiendo 100% que empieces a meditar, mejor de una forma informada y sabiendo por qué quieres hacerlo. Darle una oportunidad razonable y justa, mejor con un profesor cualificado. Conozco casos de gente con diversos desórdenes psicológicos muy serios que literalmente dicen poder copar con ello gracias a su práctica de mindfulness. Y quizá a la vez necesiten medicación, ojo, no está reñido lo uno con lo otro. La medicación puede dar la claridad necesaria para poder meditar. Ante ciertas condiciones difíciles siempre es mejor tener la ayuda de un psicólogo y seguir sus recomendaciones. Mindfulness y psicología se complementan.
Dicho esto, meditar se usa cada vez más en psicología con gran éxito, adaptado a las necesidades del paciente. Con paradigmas famosos tipo MSBR (Mindful Based Stress Reduction) y otros muy usados para tratar trastornos de estrés postraumático (TEPT).
Hay quienes no notan ningún efecto negativo tras mucha práctica y quienes con poca dedicación notan nerviosismo, cierta ansiedad u otras experiencias que pueden ser desconcertantes. ¿Pero uno de los efectos probados de la meditación no es reducir la ansiedad y los pensamientos negativos? Sí, pero es un camino de superación y hacernos fuertes.
¿Por qué meditar puede inducir efectos desagradables?
Lo primero que hay que entender es lo que estamos haciendo cuando practicamos la atención plena. Meditar es un viaje al centro de tu psique, a conocerte y liberarte. Y en el camino hay muchas cosas, algunas que has barrido bajo la alfombra porque no querías enfrentarte a ellas o en su momento (infancia) no eras capaz por tu inmadurez. O cosas de las que no eres ni consciente, ciertas tendencias de tu ego que se formaron para protegerte. Un psicólogo te guiaría por ciertas vivencias para sacarlas a la superficie y resolverlas.
Mindfulness y psicología se complementan.
Cuando meditas tú mismo estás trayendo esto a tu vida, para enfrentarte a ello y solucionarlo de raíz y para siempre. Esto cambiará tu vida en formas en las que ni siquiera te imaginas. El orden será el adecuado para ti, desde lo que es más relevante para ti ahora mismo hasta aquello más profundo, como las capas de una cebolla.
¿Es esto algo que debe darte miedo? No. En tu día a día y vida hay períodos donde te encuentras mejor y otros donde te encuentras peor. Quizá sin motivo aparente pero también por experiencias duras: algo que pasó en tu infancia, la muerte de alguien cercano, una enfermedad grave, pensamientos negativos compulsivos, quedarte sin trabajo o simplemente envejecer. Todo esto ha traído y trae a nuestras vidas grandes retos. Si no supiste cómo copar con ello, dejaron una herida en tu ser que te condicionará. Cómo gente querida, con la edad, se fueron volviendo amargos y solitarios. Desde otra tradición se diría que es su karma. Si por el contrario supiste cómo superarlos y creciste, echando la vista atrás verás cómo has madurado y estarás incluso agradecido por lo que pasó. Pero supone un ejercicio consciente de conocimiento y crecimiento. Esto es ganar sabiduría y madurar, y es un aspecto muy importante de tu proceso de conocimiento personal.
Practicar la atención plena precipita tu proceso de maduración natural.
Entre Oriente y occidente
Es la resiliencia estoica o el concepto del purgatorio cristiano entre muchos otros. La vida es así, estas experiencias son inevitables y parte de ser humano. Al meditar estarás trayendo a tu presente conscientemente ciertas emociones y vivencias, de forma gradual y teniendo las herramientas para superarlas. Principalmente gracias a tu ecuanimidad que irá creciendo.
Esto no será un proceso repentino sino todo lo contrario, y al principio deberás tener paciencia. Se producirán cambios sutiles pero relevantes: quizá te sientas más centrado en tu día a día o con una mente más calmada y espaciosa. O verás que esas pequeñas cosas que antes te irritaban ya no lo hacen. O serás más creativo y sabrás qué hacer con tu vida de una forma más clara. Tus músculos de concentración, claridad y ecuanimidad que irán creciendo.
Practicar mindfulness hace crecer tu concentración, claridad sensorial y ecuanimidad, los músculos que te permiten vivir plenamente.
Entre Oriente y Occidente
El malentendido del mindfulness y los prejuicios de la sociedad
No es difícil encontrar artículos que dicen: “meditar no es tan bueno como se dice, no lo hagas pues dejarás de ser ti mismo o perderás las ganas de vivir”. Que como los artículos de moda que se quedan en la superficie, sólo nos proporcionan parte de la verdad. Meditar es un juego de números, igual que hacer ejercicio. No todo el mundo puede practicar cualquier deporte por limitaciones físicas. Debes encontrar una forma de hacer ejercicio adaptada a tus gustos y capacidades. Y aun así corres el riesgo de lesionarte, pero el daño en tu vida de no hacerlo y el beneficio son tan grandes que asumimos el riesgo.
Sólo hay una cosa más peligrosa que meditar, y es no meditar
Entre Oriente y Occidente
La ventaja de meditar es que es algo que podemos hacer poco a poco, con cabeza y con ayuda y supervisión. Igual que al ir al gimnasio queremos tener cuidado y contar con alguien que sepa. Al menos nos informaremos bien primero leyendo mucho. No se nos ocurriría correr una maratón tras una semana, ni poner 100kg en el press de banca el primer día, sino ir poco a poco y ver nuestro cuerpo adaptarse.
Con la atención plena haremos lo mismo. Empezamos estableciendo una práctica diaria sencilla y fácil de seguir. Es más, al principio lo difícil será ser constantes y crear el hábito, no tienes que preocuparte de mucho más. Si le das una oportunidad a tu práctica y ves los beneficios, te aseguro de que no querrás dejarlo y será parte de tu vida.

Será mucho mejor contar con alguien te que guíe y tenga detrás toda una comunidad de expertos. Si hay algo que no recomiendo sería sin una práctica ya madura y saber lo que te vas a encontrar, ir a un retiro de meditación intensivo tipo Vipassana (7-10 días). Aunque oye, puede que este sea tu camino. Y te comento que esto es lo que hice yo, así que sé bien de lo que hablo (lo bueno y también lo malo).
Integración de la experiencia
La clave del mindfulness moderno es la Integración. Hay muchas prácticas antiguas tipo kundalini yoga, hot yoga y otras modalidades que pueden inducir experiencias energéticas poco menos que mágicas. Estas prácticas se usan hoy en día dentro un contexto de fitness, vida sana y hacer ejercicio sin saber muy bien lo que se está haciendo. Y pueden abrir ciertas experiencias para las que si el profesor no tiene experiencia puede no estar preparado/a para guiarte y te desconcertarán. También en retiros intensivos donde se guarda silencio continuo hay un acceso muy limitado al profesor que es quien debería ayudarte a integrar aceleradamente en este tiempo de práctica casi monástica.

Así en la sociedad actual más que necesitar prácticas antiguas que nos proporcionen estados mentales excepcionales o de absorción mística, lo que necesitamos es un paradigma moderno de mindfulness donde la integración sea una parte esencial. Un guía que sepa lo que hace con una base científica, experiencia personal, un plan a medida y un abanico de diferentes prácticas que usar según cómo sea nuestro progreso y casilla de salida. Además de avanzar mucho más rápido, obtendrás todos los beneficios de cambiar tu vida y la de todos los que te rodean para mejor.
Pero aun así y sin ánimo de contradecirme, te animo a comenzar ya mismo una práctica de meditación, mindfulness o atención plena. Sea con un profesor o por tu cuenta, y te dejo aquí un curso gratuíto (sin trucos pero en inglés) que se basa en el paradigma UM (Unified Mindfulness) en el que yo me baso. Y si tienes alguna duda o quieres ir un paso más allá no dudes en contactar conmigo o reservar una sesión donde podremos diseñar un plan y te explicaré todos los conceptos y posibilidades. No importa que seas un absoluto principiante o lleves años meditando y estés atascado sin mucho cambio.
Conocerte a ti mismo será el viaje más fascinante en el que te embarques.
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